Viaje a Oriente

Caminar y soñar. Todos los viajes y aventuras comienzan dentro de uno mismo. Seguramente hay mil y una razones para echarse al camino, pero la más poderosa de todas es el impulso interior, indescriptible e irracional, que como una feroz corriente nos proyecta hacia lo desconocido y misterioso. Mikel

26 diciembre 2005


Ankgor Wat, el centro del reino Kremer durante los siglos IX al XII, en el centro de Camboya.


Fotografias de victimas de los Kremeres Rojos, seguramente asesinados despues de pasar meses o anhos en esta carcel improvisada (antigua escuela) de Phong Phen, Camboya.


Una celda de tortura utilizada por los Kremers Rojos entre 1975 y 1979. Phong Phen.


Una casita muy pobre a las orillas del Mekong, y en el fondo un hotel de lujo.


Monjes paseando por las calles de Phong Phen.


Amanecer en Phong Phen.


Amanecer en Phong Phen, a las orillas del Rio Mekong.


Terraza al aire libre para tomar te y ver ;a tele. Phong Phen, Camboya.


El mercado "ruso" de Phong Phen, Camboya.


Templo en el centro de Phong Phen, Camboya.


En el Norte de Phong Phen, la capital de Camboya. Aqui un barrio muy pobre con casas a ambos lados de la via del tren.


De camino a Camboya por uno de los afluentes del rio Mekong.


Arrozales en el Delta del Mekong.


Arrozales desde la cumbre del Monte Sam, en el Dlta del Mekong, Vietnam


Mercado flotante en el Delta del Rio Mekong, Vietnam.


Mercado flotante sobre el Rio Mekong.


Mercado flotante, Vietnam.


Mercado flotante en Vietnam.


Mercado flotante en el Delta del Rio Mekong. Los intercambios se dan en el rio...


Paisaje en el Delta del Rio Mekong, con el bosque inundado por el agua


Muy cerca de la desembocadura del Rio Mekong, en el Delta.


La desembocadura del Rio Mekong, en el Sur de Vietnam.

25 diciembre 2005

Navidades en Camboya

En Phnom Penh me encontré con mi gran amiga Belén, que venía de pasar unos días en Vietnam con su novio Manolo, también gran amigo mío. Esa noche cenamos en “Friends”, un restaurante con los mejores postres de chocolate de todo Camboya. En “Friends” les enseñan un oficio a los chicos de la calle, de camareros, de cocineros... Al día siguiente pusimos rumbo a Siam Reap, en las orillas del Lago Tonle Sap, el mayor de Indochina y cuna de la civilización Kremer. Cerca de Siam Reap están los templos de Angkor. Angkor fue la antigua capital del Imperio Kremer entre los siglos IX y XV, y el lugar donde sucesivos reyes contruyeron unos templos impresionantes. En Siam Reap y Angkor pasamos la Nochebuena y la Navidad. No nos faltó el turrón, que Belén traía en la maleta, todo un lujo! Claramente el turrón continua siendo un producto muy local nuestro, pues les dimos de probar a un par de inglesas que conocimos esa tarde y creo que se lo comieron más por compromiso que por otra cosa.

Después de partir Belén hacia Pamplona yo puse rumbo a Battambang, de donde os escribo ahora. Aquí he conocido un poco el mundo rural camboyano. Al llegar un taxista me presentó a un amigo suyo que tiene familia en el campo, así que este último me hizo de guía por unos días en su moto. Conocí a su familia, que resultó ser de afecto, pues vivieron muchos años en un campo de refugiados en la frontera con Tailandia. Fue bonito compartir un día con una familia del campo y conocer un poco las dificiles condiciones de vida, pues no todo el mundo tiene tierra para cultivar arroz. Y quien tiene, normalmente es muy pequeña, como una hectarea. Como en tantos otros lugares, la gente del campo es muy hospitalaria, y aunque casi no nos entendíamos, nos reímos mucho.

21 diciembre 2005


Despues de llegar en bici a la desembocadura del rio Mekong, tras un chaparron de miedo. En este lugar devor� tres creps vietnamitas ante la mirada alucinada de los locales, que iban trayendo crep tras crep hasta que dije basta.


Pagoda (templo) en el sur de Vietnam.


Mujer cultivando la tierra.


Cerca de Soc Trang, en el Delta del rio Mekong. Vietnam.


En la ciudad de Ca Mau, en el sur de Vietnam.


Hombres sobre casas flotantes en Ca Mau, en el Delta del Rio Mekong, Vietnam.


Atardecer en el puerto de Duong Dong, la principal ciudad de la isla.


Puerto de Duong Dong, Phu Quoc.


Phu Quoc, Vietnam.


Retirando las medusas atrapadas en la red de pesca...


Pescadores en Phu Quoc.


Clase en una escuela vietnamita.


Atardecer en Phu Quoc, al Sur de Vietnam.


Ninhos en la isla de Phu Quoc.


Isla de Phu Quoc.


En la Isla de Phu Quoc, Vietnam, pueblito de pescadores.


Tanque americano destruido sobre los tuneles de Cu Chi. Los americanos intentaron controlar la zona con una gran odf\fensiva terrestre de la infanteria, pero fracasaron, y padecieron cientos de bajas. Despues cambiaron de estrategia, bombardeando el area intensamente y fumigando agente naranja para acabar con el bosque.


Entrada a uno de los tuneles de Cu Chi, en Vietnam.


Maqueta de los tuneles, construidos en tres niveles, a 3, 6 y 9 metros de profundidad. En estos tuneles hacian todo, comer, dormir, batallar, etc...


En los tuneles de Cu Chi, cerca de Saigon. Estos tuneles los construyo el VietCong por primera vez durante la guerra contra los franceses, y despues en la guerra contra los americanos. Casi 300 Km de tuneles subterraneoas a prueba de las bombas de los B-52 americanos, capaces de crear un crater de 8 metros de profundidad. Aqui el mapa de los tuneles.

17 diciembre 2005

Despedida de Vietnam

Hoy he llegado a Camboya...han sido muchas horas de barco navegando por el Rio Mekong hasta Phong Phen. Asi que he tenido tiempo de mirar hacia atras y repasar las cosas que mas me han impactado en estas seis semanas en Vietnam. Como podeis ver, muchas:

Un color: El verde
Un sabor: El pescado frito en una cazuela de barro
Una imagen: Los ninhos saludando por la calle
Una sensación: La ligereza de ir en bici por el campo o en la ciudad
Una comida: Sopa de fideos de arroz con verdure y ternera. Habré comido este plato unas treinta veces o más!
Una bebida: El café con leche, preparado con leche condensada.
Un paisaje: Los valles cerrados del Norte, donde viven las minorías étnicas Zao, Tay y otras.
Un olor: A campo
Un amanecer: En la Bahía de Halong, entre las islas.
Un atardecer: En Chau Doc, en la orilla del río Mekong.
Un monte: El Sam, en las afueras de Chau Doc, desde donde se ven los arrozales del Delta del río Mekong extenderse hasta el infinito
Un lago: El Lak, en el altiplano central.
Un río: El Mekong, con sus miles de brazos abiertos en el Delta, como queriendo abrazar el mar
Una ciudad: Hue, en la costa central
Un pueblo: Dak Lei, en el altiplano central.
Un medio de transporte: La moto, con la que he recorrido más de 2000 Km en Vietnam.
Un Mercado: El de Cho Ra, en el Noreste del país, donde varias minorías étnicas venden sus productos.
Un rostro amigo: El de Minh H’ai, que me mostró algunos rincones de Saigón, y la bondad de los vietnamitas.
Una coincidencia: Encontrarme con dos chicos de Hernani, mi pueblo, en una cafeteria de Hoi An.
Un encuentro: Con Igor y Ryan, una pareja euskaldun-irlandesa que conoci a comienzos de anho en Chile, y que hemos vuelto a coincidir en Vietnam.
Una frustración: No poder hablar un poquito de vietnamita para poder charlar con la gente.
Lo mejor: La gente
Lo peor: El ruido y el humo en las grandes ciudades
Un adjetivo: Alegre y hospitalario
Una palabra: Xin Chao (Hola!)
Un paseo: Alrededor del Lago Hoan Kien, en Hanoi, donde gente de todas las edades hace ejercicio temprano por la manhana.
Un museo: El de la Guerra, en Saigón, donde se muestra hasta donde podemos llegar los humanos en crueldad con nuestros hermanos, nuestro prójimo.
Un templo: El de la Literatura, en Hanoi. Una de las primeras universidades de toda la region, bastante más Antigua que Oxford…
Un lugar histórico: La ciudadela de Hue, con su ciudad prohibida en medio. Desde aquí gobernó la dinastía Nguyen durante siglos.
Un libro: “El dolor de la Guerra”, de Bao Ninh, un ex combatiente nor-vietnamita. Narra sus 11 anhos en el frente de Guerra contra los americanos y lo dificil de dejar todo aquello atrás una vez acabada la guerra.
Un parque nacional: Cat Tien, en el sur de Vietnam.

15 diciembre 2005

Un día en Vietnam (I)

La ciudad se llama Soc Tran, en el Sur de Vietnam. Estamos muy cerca de la desembocadura del rio Mekong, que tras más de 4000 Km desde su origen en el Tibet vierte sus aguas en el mar de China. Antes de alcanzar el mar el Mekong riega un gran Delta, haciendo que sea el granero de Vietnam. Aquí se produce una enorme cantidad de arroz, pescado, fruta y verdura, que se consume en el resto del país y se exporta también.

A diferencia de otros grandes ríos, el Mekong ha permanecido al margen de los grandes proyectos de desarrollo durante muchas décadas. La sed de energía en todo el sureste asiático, sin embargo, está dibujando un nuevo y desolador escenario. Decenas de presas están siendo construidas, o bien en el propio Mekong o en sus innumerables afluentes.

Mi plan en los próximos meses es remontar el río, y acercarme lo más posible a su origen en el Tibet. Por ello, conocer el lugar donde el Mekong se funde con el mar tiene para mi un significado especial.

Según mi mapa del Delta (de escala 1:500,000), la desembocadura debe estar a unos 10 Km de Soc Tran. Así que hacia las 8,30 de la manhana bajo a la recepción del hotel a recoger la bici que me va a prestar el portero para todo el día a cambio de un Euro. No hay mapas de la ciudad en Soc Tran, no es de extranhar pues no he visto a un sólo turista desde que llegué ayer por la tarde. La chica de la recepción se apiada de mí e improvisa un mapa sobre un recorte de papel. Todo claro. Sólo hay un pequenho detalle. Hasta la desenbocadura del Mekong hay 36 kilometros! y no los 10 que pensaba recorrer en bici. Bueno, me consuelo pensando que a la vuelta tal vez haya algún barquito que vuelva o un camión que me recoja.

Antes de salir de la ciudad paro en un taller de motos a que me suban el sillín de la bici (no hay palanca y el tornillo está enronhado). La verdad la bici está hecha polvo: el manillar tiene vida propia y se zarandea para los lados, la cadena se me ha salido dos veces en menos de cinco minutos, y el sillón es duro como una piedra, no quiero pensar en el estado de mi trasero al final del día…

En el taller de motos, de unos 20 metros cuadrados, hay al menos 15 trabajadores jóvencísimos. Aquí en Soc Tran el único lenguaje posible es el del mimo, así que me pongo a hacer gestos para que me bajen el sillín de la bici. Los chavales del taller a estas alturas ya están por el suelo de la risa, haciendo chistes entre ellos. Esta situación ya la he pasado como cien veces en Vietnam, así que ahora ya me río con ellos. Con el sillón un poco más alto, pero aún muy bajito para mis piernas, me dispongo a salir de la ciudad. El parkinson de la bici va disminuyendo un poco con la velocidad, aunque no paso de 15 por hora.

A esta hora la carretera está llena de estudiantes que van al cole. Casi todo el mundo en bici, otros muchos en moto. Las chicas llevan un uniforme color lila claro, parece de seda por el brillo. Van erguidas en sus bicis con las melenas al aire. En casi seis semanas en Vietnam aún no he visto un solo uniforme, ni siquiera en las zonas más rurales, donde los uniformes no estén relucientes, como recién salidos de la tintorería. Los chicos van con un pantalón gris y camisa blanca. Es divertido observarlos. A veces van en parejas o en tríos charlando tranquilamente sobre sus bicis. No es raro que vayan agarrados de la mano, pero siempre chica con chica o chico con chico. Las muestras de carinho entre sexos opuestos son muy raras en lugares públicos. Todos van sonrientes y llenos de vitalidad.

A los 3 kilometros paso por el pueblo de My Xon, donde giro a la izquierda en dirección sureste. La carretera se va vaciando de gente. Al poco aparece a mi izquierda un canal de unos 50 metros de ancho; la carretera va paralela al mismo. A ambos lados de la carretera hay casitas de un piso, algunas de madera y hojas secas, otras de ladrillo. Al otro lado del río hay un sendero que también va paralelo al río, uniendo las casas que hay en ese margen.

De vez en cuando aparece un puente cruzando el canal. Me dan ganas de cruzar al otro lado. Aunque la carretera en este lado es tranquila, tengo curiosidad por recorrer el sendero del otro lado. En el siguiente puente cruzo. Un hombre que va pasando el puente en moto me hace un gesto como diciendo que el sendero no tiene salida. Le agradezco su amabilidad, pero quiero recorrer el sendero, así que lo sigo un buen rato. Tiene como un metro de ancho, y va pasando por en frente a casas donde la gente está tumbada en hamacas, viendo televisión o trabajando en elgún taller. Al final el sendero se convierte en un barrizal, y después de un rato se acaba. Media vuelta.

Casi todo el mundo saluda y se queda mirandome fíjamente mientras paso con la bici. Les devuelvo el saludo, “Xin Chao!”. La gente sonríe o se ríe directamente al verme, algunos me hacen un gesto para que pare.

Vuelvo al camino de asfalto. De vez en cuando paro para preguntar si voy en la dirección correcta. La verdad que no hay como perderse, es sólo seguir el margen del canal. Después de una hora y media pedalendo paro en un garito para beber agua de coco, y me quedo un rato “charlando” con el senhor y la senhora. Bueno el garito es la parte delantera de su casa en realidad. Me despido y sigo el camino.

Al rato aparece a por la derecha un monasterio Khremer. Esta zona de Vietnam antiguamente perteneció a Camboya, y la cultura Khremer aún tiene mucha fuerza. Tímidamente me acerco a la entrada, no se si voy a ser bienvenido. Aparco la bici y me acerco a unos tarabajadores que están arreglando unos de los patios. Les pregunto con gestos si puedo visitar los dos pequenhos templos…parece que sí, pero por si acaso empiezo a caminar despacito hacia la entrada del primer templo, que está en la parte posterior.

En los escalones de la entrada hay tres jóvenes monjes envueltos en telas anarajandas, muy llamativas. Calculo que no deben tener más de 22 anhos. Inclino la cabeza ante ellos y les senhalo la entrada. Sonríen y se miran entre ellos. Les digo mi nombre, de donde vengo (es lo único que se decir en vietnamita sin mirar el diccionario). Me hacen un gesto para entrar.

Es un templo muy sencillo, pero con unos frescos en las paredes y en el techo preciosos. Las pinturas parece que cuentan alguna historia y siguen un orden que no puedo descifrar. Calculo que preguntarles por el significado de los frescos no va a esclarecer mis dudas, así que me limito a decir “muy bonito”, senhalando al altar. Me senhalan unas barritas de incienso. Cojo una y la enciendo frente al altar. Pido un buen deseo con el corazón.

Nos pasamos un rato hablando con gestos, yo intentando pronunciar algunas frases fáciles anotadas en mi cuaderno. Les pregunto si puedo sacarles una foto, y enseguida se ponen a posar. Cuando les ensenho las fotos en la pantallita quieren que les saque más.

Antes de irme les pido su dirección…No me entienden, pero insisto, hasta que uno de ellos anota algo en mi cuaderno que parece todo menos una dirección. No hay ni un solo número. Será una oración? Bueno, me digo que cuando vaya a la oficina de correos a enviarles las fotos saldré de dudas…

Retomo el camino en dirección a la desembocadura del río Mekong. Ya no se como ponerme para que el sillín de la bici no se me clave en todos los huesos. A veces me dan ganas de desviarme del camino principal y perderme entre los extensos arrozales que se extienden hacia mi derecha. Pero me recuerdo que mi objetivo del día es ver la desembocadura… Si me sobran fuerzas a la vuelta ya visitaré los arrozales.

Ya son más de dos horas pedalendo, y empiezo a sentir el cansancio. Maldigo la bici y al portero que me la alquilado. No se si ha sido buena idea venir en bici, por lo menos en este trasto viejo. Estoy en esas cuando se aparece mi ángel de la guarda. Viene por detrás en moto y se pone a mi lado. Es un senhor de unos 60 anhos con la cara curtida pero una sonrisa tranquila y unos hojitos que apenas sobresalen. Me hace un gesto con la pierna, estirándola. Capto la idea. Me pregunta si quiero que me empuje con una pierna desde su moto. Le digo que sí. Ahhhhhh!!!!!!!! Que gusto ir a 30 por hora y sin dar pedales. Intento mantener la dirección para no hacerle el trabajo más complicado. Ni me giro para mirar a mi angel por miedo a desviarme de la línea recta imaginaria que sigo a toda costa. Al pasar por un puente mi angel me adelanta y gira a la derecha, sin esperar un gesto de agradecimiento por mi parte. Simplemente desaparece hacia el oeste. Me digo que este gesto tal vez sintetice bastante bien la amabilidad innata de los vietnamitas.

Sigo pedaleando, en un rato más debo llegar a Cuan Tren De, mi destino.


Templo Khremer en el Delta del R�o Mekong, Sur de Vietnam.


Monjes en un templo cerca de Soc Tran, camino de la desembocadura del r�o Mekong.


Joven monje en un templo Khremer


Los j�venes monjes apuntando su direcci�n en mi libreta.

11 diciembre 2005

Las mil caras de Vietnam

Hola amig@s,

Ya estoy en la punta sur de Vietnam, despues de varias semanas recorriendo el Norte y atravesando el Altiplano Central. Manhana voy a recorrer el Delta del rio Mekong, una gran llanura que se inunda con las crecidas del rio y donde se produce una gran parte del arroz en Vietnam.

Que dificil es describir este pais, Vietnam. Tal vez hace quince anhos fuese mas facil, cuando la vida era mas tranquila y las tradiciones se mantenian con mucha mas fuerza. A mediados de los anhos 80 el gobierno comenzo una politica de apertura economica que ha traido grandes cambios. Hoy en dia, en Vietnam conviven por un lado las antiguas tradiciones, y por otro una fuerza modernizadora y desarrollista que esta en pleno auge. A veces me parece que hay dos paises, incluso dentro de una misma ciudad.

Por ejemplo, en la Isla de Cat Ba, me choco muchisimo ver a la gente viviendo en casitas flotantes, como seguramente lo ha hecho desde hace muchos anhos, mientras en la costa, a tan solo unos cientos de metros, el sector turistico no para de crecer y se construyen hoteles por todos lados. La luces de neon y la musica del paseo maritimo contrastan con el mundo acuatico y silencioso de las casitas flotantes… Paseando en un botecito entre las casas, vindo a las familias recogidas cenando en torno a una mesa, me preguntaba cuanto tiempo podra sobrevivir esta gente con su modo de vida tradicional… me vino a la memoria la novela “La caverna”, de Jose Saramago, donde un artesano que hace figuritas de barro ya no encuentra nadie que se las quiera comprar, pues la gente en los shoping las prefiere de serie, todas iguales, uniformes.

Las zonas que mas me han gustado de Vietnam son aquellas mas remotas, el lejano Norte, frontera con China, y el altiplano central. En estas dos regionesviven una cantidad enorme de minorias etnicas que quieren seguir fieles a sus lenguas y tradiciones. Hay 54 grupos etnico-linguisticos en Vietnam. El grupo mayoritario son los Viets, que hace ya muchos siglos se expandieron de Norte a Sur y fueron ocupando los deltas del Rio Rojo (al Norte) y del Mekong (al Sur).

Saigon ha sido una autentica sorpresa. Esperaba encontrar una ciudad bulliciosa y muy influenciada por el consumismo… para mis sorpresa, hay cientos de mercaditos callejeros, un ambiente tranquilo en las calles, y un ritmo que permite apreciar las cosas.

El Museo de la Guerra en Saigon es una referencia imperdible. Hasta visitarlo, sabia que la guerra que libraron los americanos habia sido una barbarie (3 millones de muertos vietnamitas, casi todos civiles, y 57,000 soldados americanos muertos). Pero no imajinaba que habia sido una autentica guerra ecologica. En su afan por cortar las rutas de suministro de Vietnam del Norte hacia el Sur, donde se libraron las batallas, y de privar al Vietcom del escondite natural que brinda el bosque, el ejercito americano destruyo mas de 2,000,000 de hectareas de bosque, fumigando dioxinas (el famoso agente naranja) y con bombas de napalm.

El gobierno americano extermino no solamente vidas humanas, sino todo tipo de VIDA. Aun hoy en muchos lugares los niveles de contaminacion del suelo y del agua son cientos de veces superiores a los niveles maximos recomendados por la OMS. Las cicatrices de esta guerra ecologica perduran, y cientos de miles de personas sufren todavia en carne propia los efectos del agente naranja.

Estas semanas he leido dos relatos personales que no podian contrastar mas entre si: la experiencia de Bao Minh (“La tristeza de la guerra”), un soldado norvietnamita que sobrevivio a once anhos de guerra. De los 500 soldados de su regimiento, tan solo 10 volvieron vivos a casa despues de la guerra. Superar las secuelas de la guerra le costo, en sus propias palabras, otros tantos anhos. El segundo relato es de Robert S. McNamara, que fue secretarios de defensa de Kennedy y despues de la muerte de este de Lyndon B. Johnson. Su libro, llamado “En retrospectiva”, es un mea culpa por haber llevado a los EEUU a una guerra equivocada. Se me ponen los pelos de punta al ver la frialdad con la que los gobernantes americanos de entonces, basados en suposiciones que despues reconocieron como erroneas, pudieron generar tal desastre humano.

Espero vuestras noticias, un fuerte abrazo, y feliz Navidad a tod@s,


Mikel

(ya os habreis dado cuenta que no uso ni tildes ni enhes, es que en los teclados asiaticos no funcionan).

06 diciembre 2005

Saigon

Llegue a esta ciudad pensando en encontrarme una ciudad algo agresiva, ruidosa. Por suerte es una ciudad que a pesar de lo grande que es no ha perdido ese toque de ciudad de antanho, de vida de barrio. La gente es muy amable...la noche que llegue en autobus, este me dejo en las afueras, no sabia ni donde estaba y nadie hablaba ingles. Un par de hermanos se ofrecieron a ayudarme, me llevaron hasta la parada de autobus mas cercana, se montaron conmigo, nos bajamos en una parada, y de alli coji un taxi hasta el hotel. Esa misma noche pase por un teatro y me quede conversando con las taquilleras, y una de llas, Minh H'ai, me llevo mas tarde a conocer una parte de la ciudad, la Iglesia de Notre Dam (si!), la oficina de correos, la libreria mas grande de la ciudad...Manhana me voy de Saigon, con un poco de pena, pues pasaria algunos dias mas descubriendo la ciudad.


Uno de los tanques que participaron en la toma de la sede de gobierno de Vietnam del Sur.


El puesto de mando del presidente de Vietnam del Sur en caso de ataque aereo a la sede del gobierno. Esta bajo tierra.


Elicoptero usado por el antiguo presidente de Vietnam del Sur, en la sede de gobierno.


El Palacio de la Reunificacion, antigua sede de gobierno de Vietnam del Sur. Fue el primer objetivo que tomaron las tropas de Vietnbam del Norte en la manhana del 30 de abril de 1975, poniendo fin a 11 anhos de guerra.