Battanbang y el legado de los Kemeres Rojos
Lo primero que impresiona al llegar a Battambang es la cantidad de hombres jóvenes sin piernas o brazos. Es el legado de miles de minas plantadas en toda la parte Oeste de Camboya, donde los Kemeres Rojos han tenido su refugio (y aun lo tienen en pueblos como Pailin) hasta finales de los anhos 90.
Al poco de llegar a la ciudad, un guía me presentó a su amigo Chun Thouan, ex-combatiente y refugiado en Tailandia por muchos anhos. Thoeun tiene una vieja moto y ahora es moto-taxista, y a veces, cuando sale, hace de guía. Quiero visitar el interior de la provincia de Battambang, y Theoun tiene familia en una aldea cercana, Dom Bok. Así que quedamos para el día siguiente.
28 de diciembre de 2006, Dom Bok.
Esta manhana hemos llegado a Dom Bok en moto. Aqui vive el padrino de Thouan. Es una aldea con varias casas dispersas. La del padrino consiste en un cuarto principal sostenido por pilares de madera, con tejado de chapa y paredes de palla. Fuera hay un cuarto más, con una pared abierta, y frente a la casa un alto que hace las veces de comedor y sala. Hay TV, que funciona con baterias, pues no hay electrecidad.
Antes de llegar hemos cruzado las vías del tren, por las que circula, con suerte, un tren al día. Un día el tren va desde Battambang a Phenom Penh, y al día siguiente regresa. Para cubrir los casi 300 kilometros necesita unas 16 horas, y las averias son frecuentes.
La gente utiliza las vías de forma creativa. Hasta hace unos anhos, construían unas balsas de bambu, les colocaban cuatro ruedas metálicas sobre las vías, y con un palo iban empujando la balsa por las vías como si estuviesen navegando por un rio. Ahora en vez de un palo, le han acoplado un pequenho motor al invento, que unido por una correa al eje trasero de las ruedas, impulsa la balsa. En cada balsa van sentadas 10 0 15 personas cargando de todo. Y aquí está la gracia: cuando el tren viene de frente todo el mundo se desmonta y en un santiamén desmontan el invento y lo sacan de las vías.
Por la tarde he conocido a varios ex-combatientes. Este país ha estado en pie de guerra hasta hace unos anhos, recién está regresando a la normalidad. Desde el 98 parece que las cosas están tranquilas, pero a diferencia de Vietnam, el gobierno aquí no invierte en nada. Los ex-soldados llevan todo el cuerpo tatuado, me dicen que para protegerse del fuego enemigo.
Aquí como en tantos otros lugares, las guerras acaban y los primeros olvidados son los combatientes, muchas veces reclutados a la fuerza. No he entendido muy bien en cual de los bandos habían luchado, sólo que lucharon contra los vietnamitas, que invadieron Camboya en 1975 para parar la locura de los Kemeres Rojos. No he insistido para saberlo en cual de los varios bandos (sí, había más de dos bandos en guerra) lucharon, acaso importa? Gente llana como esta es carne de canhon en todos los conflictos habidos y por haber, y sería injusto juzgarlos por el bando en el que acabaron luchando.
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